- Amnistía Internacional y STOP exponen abusos sistemáticos que afectan a manifestantes y comunidades racializadas.
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Miles de documentos obtenidos por Amnistía Internacional y el Proyecto Supervisión de la Tecnología de Vigilancia (STOP) revelan el uso extensivo e irregular de tecnología de reconocimiento facial por parte del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), práctica que, según ambas organizaciones, ha derivado en abusos de vigilancia contra manifestantes y comunidades negras, indígenas y de otras personas de piel oscura.
Los más de 2,700 registros —entregados tras una demanda de cinco años— muestran que el NYPD utilizó sistemas de reconocimiento facial de manera amplia y discriminatoria, incluso a partir de reportes no solicitados que calificaban como “sospechosas” a personas por hablar otros idiomas o portar vestimenta culturalmente distintiva. STOP advirtió que Nueva York, pese a proclamarse ciudad santuario, enfrenta un “estado de vigilancia” que amenaza los derechos civiles.
Tecnología costosa, sesgada y sin control
El análisis señala que, hasta abril de 2020, el NYPD había invertido más de cinco millones de dólares en tecnologías de reconocimiento facial, sin dar seguimiento a sus índices de precisión desde 2015, cuando determinó que el margen de error era demasiado alto. Entre los hallazgos se documentan casos donde agentes conspiraron para contratar a una empresa externa con el fin de vigilar una cuenta privada de redes sociales, acciones que violan la propia política de la institución.
Los documentos también registran usos excesivos, como la vigilancia a residentes por emplear expresiones coloquiales relacionadas con Times Square, la identificación de críticos del NYPD en redes sociales sin causa justificada y la persecución de manifestantes durante las protestas de Black Lives Matter. Según Amnistía Internacional, esta tecnología viola el derecho a la privacidad, reproduce sesgos raciales y tiene efectos inhibitorios sobre la protesta pacífica.
Impacto desproporcionado en comunidades marginadas
Entre los casos más graves figura la identificación errónea de dos hombres durante la celebración de Año Nuevo de 2019, señalados únicamente por su idioma y comportamiento. Asimismo, se documentaron perfiles raciales basados en etnia, lengua y características protegidas, además de detenciones vinculadas a expresiones de crítica como grafitis o publicaciones hiperbólicas en redes sociales.
Matt Mahmoudi, investigador de Amnistía Internacional, señaló que el NYPD ha operado durante años sin suficiente escrutinio, utilizando la tecnología de manera invasiva y discriminatoria. Sostuvo que estas prácticas restringen derechos fundamentales como la igualdad, la privacidad y la libertad de expresión.
Un litigio que destapó prácticas ocultas
Los documentos fueron obtenidos después de que, en 2020, Amnistía Internacional presentara una solicitud de acceso a la información sobre vigilancia durante las protestas de Black Lives Matter. Tras rechazos iniciales, STOP y la firma Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan demandaron al NYPD. En 2022, la Corte Suprema de Nueva York ordenó la entrega de los archivos, que hoy respaldan las conclusiones de discriminación sistemática.
Amnistía Internacional, STOP y la coalición “Ban the Scan” mantienen su llamado para prohibir el uso de reconocimiento facial por parte del ayuntamiento y demandan al NYPD detener de inmediato el uso de esta tecnología, considerada invasiva y propensa al error por cientos de organizaciones de derechos civiles.
Fuente: Amnistía Internacional