- Cárceles superpobladas, mortalidad creciente y un sistema judicial paralizado por la violencia de bandas
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El sistema penitenciario de Haití atraviesa una de sus peores crisis en décadas. Entre julio y septiembre, 52 personas privadas de la libertad murieron en condiciones que la ONU calificó como “inhumanas y degradantes”, producto del hacinamiento extremo, la falta de atención médica, la alimentación insuficiente y el acceso limitado al agua potable.
Hacinamiento histórico y justicia paralizada
A septiembre de 2025, más de 7,200 personas —incluidos menores de edad— permanecían recluidas en cárceles haitianas, muchas de ellas con una ocupación tres veces mayor a su capacidad. El 82% de la población penitenciaria está en detención preventiva, sin sentencia, un factor que alimenta el hacinamiento.
En varios centros, personas sin condena comparten espacios con delincuentes sentenciados y, en algunos casos, niños con adultos, lo que viola estándares internacionales como las Reglas Mandela.
La violencia de bandas en Puerto Príncipe ha agravado el colapso judicial: el cierre de tribunales, ataques a prisiones y la fuga de 4,600 reclusos en 2024, incluidos líderes criminales, han limitado aún más la capacidad del Estado para procesar casos y garantizar seguridad.
Condiciones “infrahumanas”
William O’Neill, experto designado por la ONU para Haití, documentó celdas abarrotadas, sin ventilación adecuada, con escaso acceso a agua y servicios básicos. Señaló que muchas muertes se deben a enfermedades tratables que se volvieron mortales por la desnutrición y la falta de atención médica.
A ello se suma el desvío corrupto del presupuesto destinado a la alimentación de los internos.
O’Neill también destacó detenciones masivas sin fundamento sólido. Un detenido lleva dos años esperando juicio por el presunto robo de dos pares de zapatos, un ejemplo del colapso del sistema judicial.
Violencia de bandas y debilitamiento institucional
Se estima que las bandas controlan hasta el 90% de Puerto Príncipe, lo que impide el funcionamiento regular de juzgados y obstaculiza los procesos judiciales. Las fugas de prisiones y la incorporación de fugitivos a estructuras criminales han fortalecido el poder de estos grupos, afectando la seguridad nacional.
Reformas y apoyo internacional
La ONU mantiene como prioridad apoyar la reforma penitenciaria y judicial de Haití. Entre las acciones en marcha destacan:
Facilitar audiencias dentro de prisiones para reducir la detención preventiva.
Capacitar a policías y funcionarios penitenciarios.
Rehabilitar centros de detención con servicios básicos como letrinas, ventilación y acceso a agua.
Sin embargo, el organismo subraya que el liderazgo debe recaer en el Ministerio de Justicia haitiano. “La ONU puede aportar recursos y experiencia, pero exige resultados sostenibles”, señaló O’Neill.
La crisis penitenciaria, atravesada por pobreza, violencia y desastres naturales, refleja el profundo deterioro del estado de derecho en Haití y la urgencia de una reforma integral que garantice condiciones humanas y acceso efectivo a la justicia.
Fuente: Naciones Unidas.